lunes, 28 de junio de 2010

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http://www.zifio.com/shared/manati/files/Informe_campana_educacion.pdf
http://www.sirenian.org/2005CastelblancoFinal.pdf
http://resweb.llu.edu/rford/research/Manatees/ProgramayResumenes.pdf
http://www.fundacionmanati.org/files/Plan_de_conservacion_del_manati.pdf
http://ibcperu.org/doc/isis/9762.pdf
http://www.biotemas.ufsc.br/volumes/pdf/volume203/p63a66.pdf
http://omacha.org/articulo/plan-de-manejo-y-conservacion-del-manati-antillano-y-la-nutria-neotropical
http://www.thewildones.org/Animals/manatiCons.html
http://www.thewildones.org/Animals/manati.html
http://uyumilceh.tripod.com/investigadoresm.htm
http://www.fundacionmanati.org/spanish/manejo.php
http://www.fundacionmanati.org/spanish/educat.php
http://www.fundacionmanati.org/home.php
http://www.minam.gob.pe/zonachicos/?p=678
http://es.wikipedia.org/wiki/Trichechus
http://www.manati.info/images/manaties/manati.htm
http://www.thewildones.org/Animals/manati.html
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El futuro del manatí



No sabemos cuántos manatíes hay en el Amazonas, pero los pescadores dicen que son muchos menos de los que había cuando ellos eran jóvenes. Por la reducción en
la población, por la lenta reproducción y porque los siguen cazando en algunas partes, los manatíes son considerados vulnerables a la extinción. Esto quiere decir
que pueden desaparecer para siempre.

Los manatíes están protegidos por las leyes de Colombia (Dec.1608-78, Ley 599-2000), Brasil (Ley 5.197-67, 9.605-98) y Perú (Res.Min. 147-2001-PE). En estos tres
países y también en los demás países de la cuenca amazónica, es prohibido cazarlos, comercializar la carne o las crías. También está prohibido colocar cerco o parí
con trampa en los caños y lagos. En los años 90 se estaban matando más de diez animales por año en la zona; esta cifra ha bajado a menos de la mitad.

La caza es la principal amenaza para los manatíes, pero no es el único problema. Ellos necesitan espacio, comida y sitios protegidos donde no sean molestados. Cuando
los pescadores ocupan las orillas, la vaca marina no se acerca: “Donde hay bulla ella deja de comer.

De la caza a la conservación


En el río, la canoa y el arpón son las dos herramientas del vacamarinero. El arpón está conformado por una punta metálica amarrada firmemente a un palo de cumaceba y una soga larga atada a un pedazo de madera flotante. Esta herramienta se utiliza para picar la vaca marina, paiche y charapa.

El arpón puede ser utilizado a pulso desde la canoa o con la ayuda de un andamio. En un canal se atraviesa con cañas, se deja sólo una entrada, por allí entra el animal y al impulsarse acciona un mecanismo y el arpón cae directo al centro del lomo.

Desde 1970, con el objetivo de proteger la especie, en los tres países amazónicos (Perú, Colombia y Brasil) se decretaron las leyes que prohíben la caza y comercialización de los manatíes. Las leyes terminaron con el comercio de exportación; sin embargo, se continuó manteniendo un comercio local y una cacería por subsistencia. Ya no existen los vacamarineros, pero los pescadores de paiche armados con su arpón, por suerte o por miedo, son todavía una amenaza para los manatíes.

En lugares tan apartados como son los pueblos amazónicos, sólo el compromiso de la gente puede garantizar la supervivencia de la especie. Aclarar que la vaca marina o manatí no es un pez sino un mamífero y únicamente puede tener una cría cada tres años, es un dato muy importante para generar conciencia sobre la urgencia de parar la caza. Después de muchas conversaciones y reuniones en los países amazónicos, se ha podido llegar a un compromiso de los cazadores para no perseguir más a este animal. Cuando este compromiso es violado por algún poblador, existe una presión fuerte por parte del resto de la comunidad para sancionar este acto.

Cada vez hay una mayor conciencia sobre la importancia de respetar esta veda, para que algún día los manatíes inunden nuevamente el río.

La cacería en el pasado



Hubo un tiempo en que las vacas marinas o manatíes abundaban tanto en el río que era difícil andar sin toparse con ellas. En ese tiempo la vaca marina o manatí era considerada como un pescado importante en la dieta de los moradores de la ribera de los ríos Amazonas, Putumayo, Napo, Marañón, etc.

La vaca marina o manatí es el mejor pescado para los antiguos, así como la taricaya
y charapa. El antiguo poblador no le comía ni al sábalo, ni al paiche, sólo comía manatí.

El manatí amazónico ha sido muy perseguido por el ser humano, por ser un animal
que tiene mucha carne y grasa. De un adulto se pueden obtener más de 80
kilogramos de carne y hasta dos latas de aceite. A los habitantes antiguos les
gustaba mucho, no sólo por la cantidad de carne que tenía sino por su calidad y
sabor. Es conocido como el animal de las tres carnes; según la parte que se coma sabe a res, a cerdo o a pescado. Otros aseguran que incluso hay partes que saben a charapa y a gallina.

La comida del manatí



Los manatíes dedican mucho tiempo para alimentarse: un adulto puede comer entre 5% y 10% de su peso en el día. Son completamente herbívoros y tienen un sistema digestivo parecido al de los caballos y los elefantes. Sus intestinos miden cerca de 40 metros de largo y la comida demora hasta 10 días para pasar por el cuerpo.

La vaca marina o manatí defeca muy seguido, devolviéndole al agua un abono rico que ayuda a fertilizar el ecosistema acuático. Con ayuda de los pescadores se han identificado más de 35 plantas que sirven de alimento a los manatíes. Lo que más comen es gramalote espinoso, que abunda en las orillas del río Amazonas y en algunos lagos y cochas.

La ruta del Manatí


Los manatíes nadan por el río Amazonas en tiempo de verano. Se mantienen en la orilla de las playas y los remansos, cerca de los comederos de gramalote. Durante
todo el verano están en el remanso esperando el invierno.

En el invierno el manatí nada por los lagos inundados. Primero, llega al lago y como el agua va subiendo, el manatí también van entrando más adentro
en los lagos grandes. Llegando a los lagos grandes, el grupo de los manatíes se dividen, según donde quieren ir; comienzan a buscar los lagos lejanos. Ellos entran en estos lagos buscando la comida que les gusta en tiempo de invierno, la huama, puto puto y gramalote.

En invierno pueden nadar en muchos lugares por el monte inundado, pueden entrar a los bajeales, los pozos y las cabeceras. Cuando empieza a bajar el agua los manatíes tienen que dejar sus comederos y salir de los lagos. Vienen para quedarse cerca de la salida al río Amazonas y comen lo último que encuentran en estos sitios.
Nuevamente, llegan a los remansos para esperar otro invierno, y así se mantienen todo el tiempo.

Reproducción del manatí



Mediante el estudio de esta especie se ha aprendido que las hembras llegan a una madurez entre los 5 a 9 años de edad. La razón de reproducción es lenta. Luego de 12 a 13 meses de gestación la hembra manatí busca un lugar tranquilo, poco profundo, donde pueda tener su cría. El bebe manatí es amamantado por uno a dos años. En su etapa juvenil puede que permanecer cerca de su madre por unos meses.
En la época de reproducción, los machos buscan a la hembra que está en celo. Hacen la cópula frente a frente debajo del agua; es rápido, pero los machos se quedan
junto a la hembra durante varios días esperando otra oportunidad. Los animales se tocan mucho entre ellos y se empujan, sin embargo no son agresivos.
¿Por qué el hombre no respeta el cliclo reproductivo de esta especie?

Caza indiscriminada


El uso indiscriminado e irracional de los recursos naturales de la amazonía, ha hecho que muchas especies amazónicas se encuentre en peligro de extinción, este es el caso del "manatí" o "vaca marina" Trichechus inunguis, que es cazado por su carne, piel y grasa, así como para ser criados como mascotas en piscigranjas donde finalmente terminan muriendo.